martes, marzo 08, 2005

Cuestión de pelos

Dios las cría, y ellas se juntan. Reunión de Anas, ayer en Telecinco. Ana, la presentadora, entrevistó a la otra Ana, la política, abuela y frutera. A cual más guapa. Desde que un telespectador llamó, hace ya tiempo, al programa de la señora Tárrega (Cristina, amiga mía) diciendo que se masturbaba viéndola a ella y a Ana Rosa Quintana (Si, si, creánselo. Hay pajas para todos los gustos), no me divertía tanto. Y no me divertí porque la entrevista de Ana Rosa fuera un derroche de buen hacer. Ella sabe, como sabemos todos, que no es una Larry King, ni una Juan Pedro Valentín. Me reí, al igual que entonces con el affair de la Tárrega y el onanista, por las caras de las muchachas. No sé si son muy buenas amigas, pero esas sonrisas falsas, sólo comparables a las de Rajoy o Trini cuando ven acercarse a un reportero de CQC, me parecieron soberbias. Parecía, en algunas ocasiones, como si se estuvieran quitando esos pelillos de la ingle que tanto afean la línea del biquini; eso sí, cada una los de la otra y a mala leche, a contrapelo, de ahí tanta cara de estreñimiento falso. Después de desplumarse gestualmente, creo que la confrontación de pinzas la ganó Ana Rosa, se la veía menos forzada, como más habituada a este tipo de depilaciones. Al final, la frutera Botella, especialista en manzanas y peras de hecho, tuvo que beber agua. Tanta sonrisa de Barbie se le atragantó.

porque yo lo valgo

Ahora que lo pienso, ¿no tendría morbo ver a Sonsoles con la Campos?