miércoles, mayo 04, 2005

Fundamentalismo televisivo

Mis amigos me llaman traidor por mirar a otro cocinero los fines de semana; me llaman traidor por tatarear otra canción que no sea “Son ricas, son sanas, recetas muy variadas, que cocino cada día para ti.”; en definitiva, me llaman traidor por cocinar otras recetas que no son de Arguiñano.

Y es que ver a Arguiñano o a José Andrés, es como decantarse por Sardá o Buenafuente: no puedes comer de los dos platos a la vez.


Para los que pasen de las cocinitas, hoy de madrugada TVE mantiene sus clásicos bien engrasados. A la 1:30, Los vigilantes de la playa.

El hombre por el que me llaman traidor.

No sé qué es peor, hablar de por qué mis amigos me retiran la palabra por traicionar los fogones de Arguiñano, o el que aguanta hasta la 1:30 para ver a la señorita Pamela y compañia.

"Hoy me merezco una patada en el culo" me dicen los que me llaman traidor.