Fundamentalismo televisivo
Mis amigos me llaman traidor por mirar a otro cocinero los fines de semana; me llaman traidor por tatarear otra canción que no sea “Son ricas, son sanas, recetas muy variadas, que cocino cada día para ti.”; en definitiva, me llaman traidor por cocinar otras recetas que no son de Arguiñano.
Y es que ver a Arguiñano o a José Andrés, es como decantarse por Sardá o Buenafuente: no puedes comer de los dos platos a la vez.
Para los que pasen de las cocinitas, hoy de madrugada TVE mantiene sus clásicos bien engrasados. A la 1:30, Los vigilantes de la playa.
No sé qué es peor, hablar de por qué mis amigos me retiran la palabra por traicionar los fogones de Arguiñano, o el que aguanta hasta la 1:30 para ver a la señorita Pamela y compañia.
"Hoy me merezco una patada en el culo" me dicen los que me llaman traidor.
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