La suerte del uzbeco

Después de casi 24 horas, las votaciones de Eurovisión se cierran con los doce puntos que Uzbekistán le otorga a Yemen. Bueno, creo que me he equivocado de canal, pero es que anoche me dormí viendo como Moldavia le daba ocho puntos a los anfitriones, y cuando me he despertado esta mañana, ¡sorpresa!, los condenados seguían votando. Si no nos bastó con la interminable votación de ayer, La Primera, para todos aquellos nostálgicos, ha programado esta mañana la misma interminable votación. O sea, que cuando he abierto los ojos, a eso de las 11:30, con mi banderita española es señal de apoyo a nuestras representantes, he visto con horror como desde Kiev seguían sumando y sumando puntos, y sin saber que era en diferido, casi me da un síncope.



Después de que me reanimaran, todo volvió a la normalidad de un domingo: Son de sol celebraba su extraordinaria posición (sólo superada por el one point de Lidia en el 99); y Lobato seguía en un circuito de Fórmula Uno, Lobato y todo Telecinco.

Después he recordado con cierta melancolía los domingos en los que tirarse en el sofá era casi imposible entre tanto telefilm barato. Ahora, para los que seguían confiando en el renacer de la televisión dominguera, tenemos Fórmula Uno, repeticiones de Eurovisión, y telefilms baratos.

Menos mal que seguimos teniendo un mando con el que apagar la tele los domingos. Eso, y que hoy hace buen tiempo. No sé como se las arreglarán los uzbecos.