martes, noviembre 08, 2005

No me pregunten por qué hablo de Melendi

Me despierto pensando en la frase perfecta para definir lo visto por ahora de Cuatro, y fíjense como es la mente humana, que me viene a la cabeza otra frase: “Melendi es un porro en música”.

Sí, desvarío un poco, como el tío que controla el aire acondicionado en el informativo de Gabilondo. Pero Melendi es un porro en música, y por mucho que Magdalena Álvarez, la ministra de turno, responda en el telediario del señor Iñaki antes que en nuestro maravilloso canal público sobre el desplome de un pasarela metálica, Melendi huele a porro. Después resulta que Telefónica es el primer anunciante del canal rojo, que una marca alemana de coches el segundo, que Cepsa los terceros; después Pascual y Esperanza de la mano, uno riéndose y la otra de brazos cruzados, y Melendi seguía con su chocolate. Sanitas con el tiempo, Latre de Rey, Boris y un doble de la reina de Inglaterra intentando hacer gracia; Urdaci, sobre todo los demás Urdaci haciendo de bolchevique.

Mientras intento definir que es un porro en música, me trago Melrose, Buffy, y todo lo demás que se pueda tragar uno con tal de esquivar de la parrilla a la Campos y a la Quintana. Recuerdo por la mañana mientras veo viejas series, como si una espada de acero me cercenara la cabeza, que no sintonicé el Plan C de Carolina. Estoy triste pensando en Melendi. Pobre chaval, un porro en música, pero entiéndanme, desvarío un poco. Hoy las cosas las veo un poco rojas. Hoy el mundo ha vuelto a sonreír gracias a Jose Luis Moreno.