viernes, febrero 11, 2005

En busca del programa perdido (II)

Si, amigos de lo perdido. Si se preguntan que fue de aquel abrevadero idiomático de la televisión pública llamado That’s English, en el que dos maravillosos profesores nativos hacían de nosotros unos Winston Churchills (en cuestiones de acento), no se lo pregunten más, porque el programita en cuestión sigue ahí. Si, un poco perdido, pero ahí. Les explico. Si tienen la suerte de madrugar para ir a trabajar no van a tener problemas, por una hora menos de sueño no va a pasar nada; si por el contrario, a otros eso de madrugar les suena al baúl de la Piquer, lo van a tener más difícil. Y es que el programa empieza a las 7 de la mañana, y claro, o tienes el cuerpo preparado para estos tutes, o me da que no te va a entrar ni el Good Morning. That’s English tiene la suerte de inaugurar parrilla en la 2 todas las mañanas de Dios, por lo que pagan justos por pecadores. Primero, por situar un espacio de media hora para aprender inglés a las siete de la mañana, que tiene su aquel; y segundo, por ponerlo en la 2, con lo que les cuesta a los chiquillos tener audiencia a las ocho de la noche, imagínense a las siete de la mañana, pa’no levantarse.

-Levanta, chaval. Que empieza That´s English /-Pero, si son las siete de un sabado,¡por Dios!

Ya saben, That´s English, un programa para nostálgicos de la televisión educativa, trasnochadores y filólogos, y para todos aquellos que por razones desconocidas sintonizan equivocadamente la 2 a eso de la siete de la mañana. Incluso, para esos niños que madrugan más de lo normal y se encuentran con dos tíos hablando en inglés. ¡Que Los Lunnis empiezan a las siete y media, chavales!