domingo, junio 12, 2005

Con el alma hecha una pepita

Hay algo esta semana que me ha partido el alma. No, no fue la apertura del zoo del señor Osborne; ni tampoco ver el pasado martes a Julia otero y a Isabel Pantoja compitiendo por descubrir quien escupía más lejos una pepita de cereza. Podían haber sido muchos lo momentos en los que mi delicada alma se rompiera, pero ese honor, esta semana, se lo ha llevado un cóctel mortal: la visita de la “pera” Campos al programa de la Senovilla.

Ya de por si esta imagen puede conmigo (y con cualquiera que tenga corazón), pero lo peor me sobrevino cuando la señora Campos anunció rodeada de todo su equipo, lloriqueando como las mejores, que la temporada que viene seguiría dando guerra. Ahí, mi frágil alma de telespectador, fácilmente impresionable, se vino abajo, dejó de creer en las audiencias, y llegó a pensar por un momento que lanzar, más allá del regidor, una pepita de cereza tiene su merito.

La Campos durando y durando...

Con los días, poco a poco, mi alma fragmentada se ha recompuesto. El pegamento Imedio tiene estas cosas, pega hasta los estropicios más grandes. Hoy ya puedo arriesgarme a decir que la larga y amplia sombra de la Campos ha dejado de preocuparme. Ahora lo que todavía me consume es la facilidad de la Pantoja para eyectar tan lejos la pepita de una cereza. Eso, y lo cachondos que son en TVE confeccionando parrillas. La gracia como para colocar Perdidos los domingos a las 18:30, sólo la tienen en la pública. Menudos son ellos.