miércoles, enero 19, 2005

Uno de esos momentos

Hay momentos en el mundo de la televisión que pasan a la historia por su propio peso. Momentos como la llegada de Neil Amstrong a la luna, como el codazo de Tassotti a Luis Enrique en el mundial de EE.UU., como la teta bailarina de Sabrina. Hay frases y rostros que se elevan por encima de los toritos y flamencas que adornan nuestros televisores; hechos que una vez vistos no se olvidarán mientras los hombres podamos seguir recordando. Tengo que decir que he sido testigo de uno de esos momentos casi eternos. He visto como la fugacidad de las imágenes en movimiento se paraba delante de mis ojos para permanecer ahí, quieta, para siempre, infinita. Ana Rosa paró de hablar, los murmullos de la Esteban se apagaron, “las plumas” dejaron de batirse, y en ese momento, en el que el espacio-tiempo pareció abrirse, Juanjo (el ganador de la última edición de Gran Hermano), dijo: “La inteligencia nos convierte en hombres”. Todo paró. La materia se deshizo por un instante para volver a recomponerse con una nueva lógica. El espacio deflectó el todo audiovisual de Juanjo para proyectarlo después hacia el infinito.
La gitana vibró mientras el toro se cayó del televisor.


Y pensé: “Juanjo me ha hecho humano. Él ha dejado de ser hombre para convertirse en inmortal. Él es ese feto que flota al final de 2001: Una odisea en el espacio."