sábado, enero 22, 2005

El hombre que pudo demandar

Parece que al señor Sardá se le echan encima algo más que programas como Buenafuente, Dos rombos, y la sección nocturna de Los Lunnis (entiéndase por La azotea de Wyoming). La justicia, que esta por encima de las audiencias, ha dictado sentencia (en primera instancia) y ha condenado a Telecinco, a Crónicas, al señor Javier Sardá, y a Cárdenas, por intromisión ilegítima en el honor de un discapacitado, a indemnizarlo con 15.000 euros, y (agárrense los machos) a difundir la sentencia en el programa (al estilo Urdaci). Para esto último tendremos que esperar, porque los servicios jurídicos de Telecinco (departamento anexo al de Aquí hay tomate) ha anunciado que recurrirá el dictamen. Si la suerte nos acompaña y Crónicas no se hunde antes, veremos a Javier entonando el “mea culpa” entre una imitación de Latre y una riña guionizada de los grandes hermanos. O mejor aun, a Boris leyendo la sentencia mientras se desnuda por quincuagésima vez. Aunque creo que antes de ver a Boris leyendo la sentencia como Dios lo trajo al mundo, veremos como el sitio de Rocío Madrid es ocupado por un abogado, para que en el momento que vea u oiga algo sospechoso de demanda, avise y a otro tema, que grandes hermanos hay muchos y sin ganas de demandar.

¡qué nos encierran, Rocío!

Otra posibilidad es que viéndoselas venir el señor Sardá, anuncie el fin de Crónicas justo antes de verse superado en audiencia por la competencia, y antes, también, de que reciba en el móvil un mensaje de Urdaci diciendo, con cierta sarna, “me alegro de que no hayas deletreado.”